Petronio.

Nació entre el año 14 y el 27 d.C. y falleció alrededor del año 65.
era parte de un círculo muy cercano a Nerón. Tácito se refería a él como “arbiter elegantiae”, o sea “árbitro de la elegancia”. Gracias a su sentido de la elegancia y el lujo, organizó muchos de los espectáculos para la corte de Nerón. La influencia que tenía sobre el emperador le acarreó los celos de otro de los favoritos de Nerón, Cayo Ofonio Tigelino, quien empezó a atacarlo con acusaciones falsas. Petronio decidió quitarse la vida, dejándose desangrar hasta morir.
Petronio es el autor de Satiricón, un libro en verso y prosa que narra las aventuras de Encolpio, el principal, junto con Ascilto y Gitón. Desafortunadamente, no es una obra completa, y en ocasiones aparecen fragmentos que se componen de solo algunos versos, dejando lagunas considerables en el desarrollo de la historia. Hay quien piensa que lo que hoy poseemos de Satiricón es un fragmento de los libros XIV, XV y XVI de una obra mucho mas extensa, y de hecho, el principio de la novela se da in medias res, con Encolpio parado fuera de una escuela discutiendo con un rétor. Después, Encolpio se aburre y va en busca de Ascilto. El porque están donde están es algo sobre lo que solo podemos hacer hipótesis.

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Apuleyo.

Apuleyo fue el escritor romano más importante del siglo II, muy admirado tanto en su tiempo como en la posteridad. Es conocido tambien como Lucio Apuleyo aunque no se sabe si “Lucio” era también parte de su nombre, pues se le atribuyo gracias al protagonista El asno de oro, homónimo a él. Nació en una ciudad romana llamada Madaura, actualmente territorio de Algeria. Estudió primero en Cártago y luego en Atenas, donde, entre otras materias, se familiarizó con la filosofía platónica.

Se lo recuerda, sobre todo, por su Metamorfosis, obra alegórica y picaresca, también conocida como El asno de oro, novela en once partes que ofrece una penetrante y divertida sátira de la sociedad de su tiempo. Escrita en prosa hacia el año 180 y considerada una de las primeras novelas de la historia, la obra nos ofrece una visión caleidoscópica del mundo, entre crítica y mística, y relata la historia de Lucio, un héroe interesado por la magia que acaba siendo su víctima para peregrinar por el mundo transformado en asno. Lucio sortea difíciles peripecias y pruebas rituales y, gracias a su iniciación en los misterios de la diosa Isis, recupera finalmente su forma humana. Una interpolación desarrolla una de las más bellas muestras de la cuentística de la Antigüedad Clásica, la fábula de Eros y Psique (Cupido y Psique). Este relato es el más extenso de la novela y da cuenta de las tribulaciones del Alma (Psique) para alcanzar al Amor (Eros) y la inmortalidad. Hay algunas teorías que mantienen que la iniciación en los misterios de Isis relatada en el último libro de las Metamorfosis es autobiográfica.

Existe una obra griega llamada “Lucio o el asno” de un tal Luciano de Samosata que aunque es mucho menos elaborada, comparte caracteristicas con la novela de Apuleyo, tales como el nombre del protagonista y algunas aventuras narradas, pero no ha podido averiguarse cuál se escribió primero.

La labor de Apuleyo también tuvo como objetivo la difusión de la filosofía (sobretodo de Platón), el saber retórico y la difusión de los cultos mistéricos predominantes en el Imperio romano. Con respecto a la retórica, disciplina que se creó en Grecia pero que tuvo un auge importante en Roma, Apuleyo dejó la única muestra de un discurso legal: Apología o De magia pro se liber así como un conjunto de fragmentos discursivos llamado la Flórida.

 

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Suetonio.

Gayo Suetonio Tranquilo era un historiador y biógrafo romano durante los mandatos de los emperadores Trajano y Adriano. Las únicas fuentes de información que nos ayudan a saber un poco de su vida son las cartas de su amigo Plinio el Joven, los escritos de Elio Esparciano en Historia Augusta y las obras de Juan Lido, además de algunos datos que menciona el propio Suetonio.
Nació en Hipona, en el año 70 o 71 d.C. y murió después del 126 d.C.
Estudió literatura, gramática y retórica en Roma, donde ejerció como profesor y abogado.
De su obra solo han conseguido llegar completas hasta nuestra época La Vida de los Doce Césares  y De Grammaticis et rhetoribus.
La Vida de los Doce Césares se compone de las biografías de los once primeros emperadores, de Augusto a Domiciano, añadiendo al principio la de Julio César. Su estilo es muy fluido y llano. Aunque a veces trata temas muy superficiales y escandalosos, en lugar de profundizar en hechos importantes, la Historia se ha servido de éste para recabar muchos datos sobre la vida privada y el gobierno de los emperadores romanos. Su estructura no es cronológica, más bien se basa en categorías: estirpe, familia, nacimiento, educación, toga virilis, comienzos de la carrera, empresas guerreras, vida privada, prodigios, muerte, testamento.

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Entérate de los chismes más candentes de los emperadores romanos aquí, ¡salve, oh cesar!

Virgilio.

Publio Virgilio Marón, en latín Publius Vergilius Maro, nació en Andes, hoy Pietole, actual Italia, en el año 70 a.C.
Era hijo de campesinos. Estudió retórica y poesía gracias a la protección del político Cayo Mecenas; siempre se codeó con gente importante, y más después del éxito que obtuvo su obra las Bucólicas. Entre sus amigos contaba al poeta Horacio y a Octavio, quien fuera después el emperador Augusto. Estas amistades le pedían a veces escribir obras para fines específicos, por ejemplo las Geórgicas, cuya intención era impulsar la agricultura en Italia, según las últimas políticas imperiales.

La Eneida es otro de esos casos: Augusto le encargó a Virgilio que escribiera algo que mitificara y glorificara el origen del imperio romano. El poeta tomó entonces el personaje homérico de Eneas para ser el personaje principal de la nueva obra. Según su historia, el hijo de Eneas, Asciano, fundó Roma y de él procede todo el linaje romano.

Ya en su época, La Eneida fue considerada modelo de perfección literaria, tanto por su métrica como por su musicalidad. Sin embargo, antes de morir, en el año 19 a.C., Virgilio pidió que fuera destruida, por considerarla imperfecta. Por suerte, Augusto no atendió sus deseos, y hoy podemos disfrutar de este clásico:

“I.

Canto asunto marcial; al héroe canto

Que, de Troya lanzado, a Italia vino;

Que ora en mar, ora en tierra, sufrió tanto

De Juno rencorosa y del destino;

Que en guerras luego padeció quebranto,

Conquistador en el país latino,

Hasta fundar, en fin, con alto ejemplo,

Muro a sus armas, y a sus dioses templo.

II.

De allá trajo su ser el trono albano,

Su nombre el pueblo a quien el orbe admira,

Roma de allá su cetro soberano…

Mas tú a mi osado verso, Musa, inspira!

Abre de estos sucesos el arcano;

¿Qué ofensa suscitó la excelsa ira

Que a la errante virtud sigue y quebranta?

¿Cupo en celestes pechos furia tanta?”

Busto de Publio Virgilio “el más guapo” Marón, sobre su tumba en Napoles.

Busto de Publio Virgilio “el más guapo” Marón, sobre su tumba en Napoles.

Aquí, La Eneida, en PDF.

Horacio

Horacio Flaco. (Venusia 65 a.C, Roma 8 a. C.)

Uno de los poetas líricos más importantes. Horacio nace en una familia de bajos recursos, hijo de un esclavo ya en libertad. Estudia filosofía en Atenas después de sus estudios en Roma.

En Atenas  es acogido por Bruto para entrar al ejército, sin embargo pronto se dan cuenta de su inhabilidad patra el campo de batalla y lo dejan ir.

Conoce a Virgilio quien le presenta a los grandes mandatarios, rápidamente el emperador le dio su protección y le ofrece un gran cargo el cual rechaza por su moral epicúrea.

 

Obras:

Sus obras están divididas en cuatro grandes géneros: Sátiras, invectivas personales y retratos irónicos de su tiempo divididos en dos libros y escritos en hexámetros; Épodos, diecisiete poemas yámbicos de temática variada e influencia helenística, en especial de Arquíloco; Odas (Carmina), también en hexámetros; y las Epístolas, su última obra, en la que, coincidiendo con una actitud vital y literaria más calma y más propicia a la reflexión moral que a la invectiva y la sátira mordaz que caracterizaron sus obras primeras, optó por la ficción epistolar sin abandonar la escritura en hexámetros.

Horacio

Propercio

Sexto Propercio nació en Umbría, alrededor del año 47 a.C., y murió en el 15 a.C.

Fue otro de los protegidos por Augusto y Cayo Mecenas, y también era amigo de poetas como Ovidio y Virgilio.
Su obra se compone de cuatro libros de Elegías, que contienen sus poemas amorosos, anacreónticos y de circunstancias, así como cartas. Se inspiró en poetas alejandrinos como Calímaco y Filetas. El enorme éxito que consiguió en su época se debía sobre todo a dos virtudes del poeta: la blanditia, término que alude a la suavidad y calidez en sus obras, su sentido de la belleza y su melancólica ternura; y su extenso vocabulario, Propercio utilizaba no solo el lenguaje poético, si no también vulgar pues buscaba siepre expresarse originalmente. Por supuesto, no es fácil leerlo.

Su relación amorosa con una mujer llamada Cintia marcó buena parte de su obra, aún después de la muerte de aquella, pues seguía apareciéndosele en sueños. En el siguiente fragmento Propercio nos habla de los malos ratos que pasaba por Cintia:

“II, 34 A

¿Cómo va uno a describirle a Amor el rostro de su dueña?

A mi amiga, así, casi me la roban.

Hablo por experiencia, no hay nadie fiel en amor:

todos pretenden a la mujer hermosa y no es raro.

Aquel dios enemista parientes, separa amigos

y provoca guerras fúnebres entre aliados.

Un adúltero huésped hospedó Menelao:

¿Y no se fue la Cólquida con un desconocido?

Tú, Linceo, ¿Has podido, pérfido, tentar

a mi cuita? ¿Y las manos no se te cayeron?

¿Y si ella no llega a resistir con tanta decisión?

¿Podrías seguir viviendo en tamaña vileza?

Párteme el corazón con una espada o envenéname:

¡Deja, ay, en paz al menos a mi dueña!

Puedes compartir mi vida, mi persona,

te admito, amigo, que domines mis asuntos:

Sólo respétame el lecho, te lo ruego, sólo el lecho…”

propercio

Propercio y Cintia en Tívoli, por Auguste Vinchon.

Sufre de amor con Propercio (en versión PDF) dando clic a este enlace.