Plauto

Este comediógrafo nació en el año 251a.C. y murió en el 184a.C.
Durante su juventud trabajó en una compañía dramática, lo que le permitió hacerse de conocimientos técnicos y del repertorio latino y griego. Con ansias de riqueza, invirtió en el comercio, pero poco después estalló la Segunda Guerra Púnica y quedó arruinado. Se vio obligado entonces a trabajar para pagar las deudas que tenía con sus acreedores, realizando tareas propias de un esclavo. En esa época escribió Saturio y Addictus, con las que empezó a ganar fama y dinero, y decidió dedicarse exclusivamente a la composición.
El éxito que gozaba incito a varios empresarios a hacer pasar obras de otros autores como suyas. Al final, a Plauto se le atribuían más de 130 comedias.

Muchos eruditos trataron de discernir entre las obras plautinas auténticas y las que no lo eran, pero no fue hasta el siglo I que Varrón Reatino hizo la clasificación más aceptada por todos. Dividió las obras en 3: las “varronianas”, de las que nadie cuestionaba su autenticidad; las “pseudovarronianas”, obras donde se podía identificar la influencia de Plauto, eran de un estilo muy similar al suyo, o contenían fragmentos de su autoría; y un tercer grupo, con las comedias que definitivamente no escribió él.

En La Olla, una de sus comedias más famosas, Plauto nos presenta a Euclión, un viejecillo ávaro que encuentra un tesoro en una olla enterrada, y desde entonces no puede vivir en paz, pues cree que todos quieren despojarlo de su descubrimiento. Vive en extrema penuria con su hija Fedria, quien ha sido violada por un joven llamado Licónides. El tío del muchacho pide la mano de Fedria, y aunque Euclión sospecha que lo hace solo por quedarse con su tesoro, da su consentimiento. El esclavo de Licónides espía a Euclión y descubre donde guarda la olla, y se las ingenia para robarlo. El viejo se aflige mucho al darse cuenta de la pérdida, pero Licónides, quien llega a confesar el ultraje y su deseo de repararlo de alguna manera, se imagina que su angustia se debe en realidad al conocimiento de la situación de Fedria. Al final se esclarece todo: Licónides le quita el tesoro a su esclavo, Euclión consiente el casamiento y entrega la olla como regalo de bodas; por fin puede descansar su alma.

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